Hoy en día los tratamientos para tratar el cáncer han evolucionado tanto que las dosis de radicación se pueden realizar en periodos de tiempo más cortos, pero con mayor potencia. Esto puede variar dependiendo de las particularidades de cada paciente.
Desde que el uso de la radiación ionizante fue aprobado y estructurado por médicos y físicos en la década de 1940-50 para tratar cáncer, se concluyó que debía usarse dosis relativamente bajas de lunes a viernes por un periodo de tiempo que va de 25 a 42 días. Dependiendo del tipo de tumor, sitio donde se originó y la extensión hasta donde afectó, así se elige la cantidad de sesiones que necesitará para finalmente completar la dosis adecuada para controlar dicho tumor.
Debido a la poca precisión de las máquinas utilizadas para radiación, casi en todos los casos la dosis total de radiación no se definía por cuanto se necesitaba para eliminar, controlarlo o eliminarlo, sino por cuanto toleraban los tejidos sanos que estaban alrededor, y si el tejido era muy sensible a la radiación, entonces no podía enviarse la dosis necesaria.
Desde hace varios años se conoce que no todos los tumores se eliminan con dosis bajas de radiación mantenidas por tiempo prolongados, como se pensaba y se estandarizó.
Muchos necesitan dosis grandes en un periodo corto de tiempo para obtener una reducción tumoral o desaparición del mismo. El uso y evolución de los métodos de obtención de imagen más precisos como tomografía computarizada, resonancia magnética y PET-CT, además del mejor conocimiento del comportamiento de los diferentes tipos de cáncer, ha permitido que su manejo sea más preciso y personalizado.
La técnica de radiocirugía intracraneal con equipo de bisturí de rayos Gamma (del inglés Gamma Knife) fue desarrollada desde finales de los años sesenta y aún continúa siendo el estándar para manejo de tumores no abordables con cirugía abierta.
Esto debido a que su precisión milimétrica es capaz de enviar dosis muy altas de radiación, incluso en una sola sesión (de 30min a 2horas), y depositar la dosis que normalmente necesitaría de 20 a 30 sesiones de radiación convencional.
Para los tumores que necesitan dosis altas en periodos cortos para eliminarlos o controlarlos, hay mayor seguridad al aplicarlos y obtener mejores resultados. No sólo se trata de disminuir el tiempo total que un paciente tendrá que asistir a sus tratamientos, sino usar métodos que sean más efectivos y seguros para brindarle una cura o aliviar molestias y darle mejor calidad de vida que sea duradera.
Fidel Campos
Oncólogo radioterapeuta.
Miembro de la Asociación Salvadoreña de Oncología (ASONCO)
Categoria: Información